En el último post hablábamos de flechazos, aquellos que sientes por esas prendas que te entran por el ojo nada más verlas.
Y en esta ocasión, vamos a hablar de aquellas otras que, a primera vista, así desde su percha, no llaman tu atención, pero a las que decides dar una oportunidad porque las encuentras graciosas, porque están a precio de carcajada o, simplemente porque te dejaste aconsejar por la dependienta de la tienda. Y es en el probador, al vértelas puestas, cuando logran conquistarte del todo y las encuentras atractivas, hermosas, bellas. Seguro que os ha pasado alguna vez que otra, ¿o no?
Pues este vestido camisero es una de esas prendas. De entre todos los candidatos que en principio tenían más puntos, me acabé decantando por él. Quizás fue su color lo que acabó de cautivarme. Es de un naranja vitamina que aporta energía a cualquier atuendo.
Yo lo he combinado con negro, pero el naranja admite casi que cualquier color. El nude, el azul marino o incluso colores igual de vivos, le encajan a la perfección.
El corte de vestido camisero, permite crear looks cómodos y sencillos. Es más habitual en los vestidos de verano de tejidos vaporosos, pero éste que que os enseño es de un tejido más abrigadito. Estos cortes de parte de arriba estilo camisa, con manga y botones, y con lazo atado a la cintura, son muy favorecedores.
Pues esto es todo por hoy. Ahora contadme vosotr@s, ¿sois de l@s que os quedáis con la primera impresión?
Vestido y bolso: Kling
Americana: Zara
Zapatillas: Camila´s
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