Hola! ¿Qué tal estáis? Yo por fin asomo por aquí. Tiene gracia que después de tanto tiempo sin conectarme, aún recordara la contraseña.
Pero cómo no me voy a acordar de la contraseña de "Vestido y Bolero"!
Este blog surgió en una etapa de mi vida, no muy lejana, donde necesitaba respirar, volcar mis energías en algo creativo. Necesitaba sacar lo bueno de estar en Barcelona, cuando yo no quería estar allí. Y lo bueno era esa inspiración que da Barcelona sobre diseño y moda. Además debía de hacerlo desde un punto de vista alegre, animado, y con sentido del humor. Por todo ello, "Vestido y Bolero" fue mi punto de apoyo, mi terapia, lo que hacía pusiese el foco en mi lado artístico, de forma positiva, dejando de lado los problemas y preocupaciones que rondaban entonces.
Ahora cuando ya estoy en mi casa, feliz con los míos, y ya como mujer casada, (me casé el 24 de junio, iupiiiiii!!!!), vuelvo a escribir en "Vestido y Bolero". Echando la vista atrás, veo que finalmente, el tiempo acaba poniendo todo en su sitio y que aquellos años en Barcelona, fueron un aprendizaje continuo y una demostración de fuerza y valentía.
Bueno vamos a dejarnos de tanto rollo María, que tus followers te están aclamando, jajaja. Vamos con la entrada!
No vengo con nada nuevo, este es un vestido que me acompaña verano tras verano.
Es un vestido de los que tienen arrojo, personalidad, porque no necesitan de ninguna otra prenda, complemento para brillar.
Es un vestido trotero que encaja a la perfección con atuendos más relajados de sandalia plana, como el que llevo yo, o con looks mucho más arreglados. Perfectamente podríamos irnos de boda con este vestido y un buen tacón. Porque el menos es más, en todos los acontecimientos importantes :)
El corte es sencillo, pero el tejido es lo que pone ese punto de distinción. Es de un brillo color marfil con bordados en hilo naranja, que describen detalles de inspiración oriental. También todo el cuello está rodeado de pequeñas piedrecitas, con apariencia de perlas.
No sé si el Mercado de Fuencarral, lugar donde lo compré, sigue existiendo y vendiendo prendas diferentes, tal y como lo hacía antes. A mí me encantaba pasarme por allí cuando visitaba Madrid, porque encontraba auténticas obras de arte plasmadas en retales, fruto del trabajo de creativos y diseñadores con criterio, personas que escapaban de lo que la industria de la moda se empeña en estandarizar, en decirnos que se lleva.
Auténticas obras de arte sí. Obras de arte que perduran con el paso de los años, y que asombran verano tras verano.
Piensa por un momento en si lucen con el mismo brillo, año tras año, las prendas que compramos en los grandes almacenes de la industria textil.
Os dejo por hoy, y me despido con un besazo para tod@s!
Vestido: Mercado Fuencarral
Sandalias: Chika10
Bolso: Kling
