Por aquí, en muchas ocasiones, hemos hablado de colores ardientes, aquellos que se proyectan hacia afuera y llaman la atención. Nos hemos dado un chute de energía con el naranja, nos hemos apasionado con el rojo y ahora le toca el turno a un color que tampoco pasa desapercibido, y que sienta de maravilla, sobre todo a las que somos morenas. ¿Sabéis a qué color me estoy refiriendo? Al color mostaza.
Pues vestidito color mostaza para acompañar al día tan soleado que tuvimos ayer!
Al contrario de lo que piensa mucha gente, el color mostaza es super combinable. Admite muchísimos colores. Lo hemos visto muchísimo con gris, pero también los azules, y los colores violeta le van que ni pintados (yo en invierno me lo pongo con medias de un color berenjena). El verde oscuro, la familia de los marrones y cómo no, el negro son también parejas perfectas.
Pues aquí me veis, combinándolo con mis esparteñas negras y con el bolso de ilustración de acantilado que os enseñé en el último post. A ver si alterno para no resultar monótona. Pero es que cuando empiezo con un bolso o con unos zapatos troteros, con los que andas cómoda, es difícil de soltarlos. Seguro que también os pasa, ¿o no?
He comentado lo combinable que resulta el vestido por su color, pero también lo es por su diseño. Yo lo veo como un vestido muy polivalente. Si queremos un aire casual, basta combinarlo como yo lo he hecho. Si lo acompañas con tacones puede quedar muy armonioso. Además el detalle de terciopelo a la altura de los hombros le da ese punto chic. Y si lo que queremos es darle un aire mucho más deportivo, basta pues eso, combinarlo con zapatillas.
Feliz semana!Hasta la próxima!














