Algunas las guardo por pura nostalgia de aquella etapa en la que salía de casa de mis padres, en la que conocía a muy buenas amigas y en la que empezaba a labrarme un futuro profesional. Otras, porque quizás puedan tener su segunda oportunidad.
Con esto hay que tener un poco de cuidado. Hay prendas de adolescencia, prendas reservadas exclusivamente para esa época juvenil, que ya tuvieron su época dorada. En estos casos, las segundas partes nunca fueron buenas.
Así que lo mucho que se puede hacer con ellas es guardarlas, si eres una nostálgica como yo. O, si quieres darlas una mayor utilidad, regálaselas a tu prima pequeña, seguro que a ella le sientan mucho mejor.
Cuando hablo de segundas oportunidades, en mi caso, me refiero por ejemplo a esta chaqueta estilo militar que llevo. No sabéis los años que tiene, y lo a gusto que me la pongo.
Dado que en Donosti, este fin de semana, hacía un tiempo un pelín desapacible, opté por ponerme zapatillas. Así que como veis llevo un look muy urbano de vaqueros y zapatillas.
Podía haberlo acompañado con una americana, pero me apetecía verme un poco más rebelde. Así que me puse mi chaqueta verde militar. Me gusta mucho porque es entallada y porque tiene unos detallitos que la dan mucha personalidad. Fijaos que, a la altura del brazo, tiene un naipe negro en strass. También tiene alguna tachuela en las solapas.
Por debajo, una camiseta muy femenina con bordados de forma de hoja para contrastar el verde militar. Y por último un bolso muy hippie de diferentes estampados.
Las zapatillas son de charol. El clarol es uno de esos materiales que sabe dar el toque chic a calzados troteros.
Tengo en mente rescatar alguna que otra prenda más de juventud de lo alto del armario. En mi cabeza ya estoy visualizando el conjunto. A ver si llevado a la práctica resulta quedar igual de bien. Os voy contando. Y vosotr@s, ¿tenéis alguna esperando su segunda oportunidad?
Chaqueta: Surf-Couture
Camiseta: Stradivarius
Pantalón: Bershka
Zapatillas: Bershka
Bolso: Mercado local
























